Cada vez que contemplamos una Catedral, una imagen recorriendo nuestras calles o escuchamos los acordes de una composición religiosa recibimos en nuestro interior una invitación a contemplar la belleza del amor de Dios.
Un amplio patrimonio, huella de más de veinte siglos de fe, que sirve a la vivencia de la fe cristiana, pero también desarrolla la cultura y repercute en toda la sociedad en términos culturales y económicos. Obras pictóricas, arquitectónicas, cinematográficas, exposiciones, conciertos, o encuentros de jóvenes, expresan la importancia cultural de la Iglesia que tiende puentes y abre caminos de humanización.
La Iglesia es consciente del interés que suscita este patrimonio, de ahí que lo conserva y lo pone a disposición de todos.
En cuanto a nuestra archidiócesis, un 35,68% de los recursos se destina a la rehabilitación y mantenimiento de edificios.
También son millones las personas que participan cada año en alguna de las peregrinaciones, celebraciones de Semana Santa y fiestas populares de carácter religioso en nuestro país. Estas fiestas son también fuentes generadoras de impacto económico y empleo: un total de 174 millones de euros es el impacto estimado en el PIB de Cataluña, y 1.726 puestos de trabajo sostenidos directamente por esta actividad, llegando en total a 2.385 puestos de trabajo generados.